Los bucles de Noemí Elias Bascuñana

"Cómo llegué a fotografiar artistas ha sido una mezcla de casualidad, improvisación y ganas de aventura."

Hola Noemí, ¡bienvenida a Harpo! Cuéntanos un poco sobre ti: ¿quién eres y a qué te dedicas?

Soy Noemí Elias Bascuñana, nací en Barcelona en algún momento de los 70’ y me dedico profesionalmente a la fotografía desde los 18. Mis padres se conocieron en Kodak, él trabajaba de comercial y ella estuvo unos meses como secretaria. Mi padre era muy aficionado a la fotografía y a los videos caseros. No sé si mi interés por el oficio vino de allí, pero es bastante probable. Enseguida empecé a guardar las imágenes que encontraba en las revistas que me gustaban. Las guardaba en archivadores y las ordenaba por temáticas, rollo Pinterest, pero a lo vintage. Aún los tengo por casa.

Entré en el Institut d´Estudis Fotogràfics de Catalunya a los 17 años. Lo tenía clarísimo. Era lo único que me interesaba. Mis padres no lo tenían tan claro, no creían que me pudiera ganar la vida con la fotografía. Mientras estudiaba empecé a trabajar en una pequeña agencia de publicidad haciendo fotos de productos alimentarios para los catálogos impresos y otros trabajillos que nadie quería hacer. Había poco presupuesto y una principiante era lo ideal para la agencia.

También trabajé mucho tiempo para el Ayuntamiento de Barcelona cubriendo eventos políticos. O para la revista interna de un laboratorio farmacéutico.  Y por mi cuenta hacía bodas, retratos infantiles y lo que surgiera. Fotografiaba todo lo que podía, aunque no fuera lo que yo me había imaginado. Sobretodo, para no darles la razón a mis padres. 

En otras entrevistas hablan de ti como “la fotógrafa de los músicos”, ya que has fotografiado a una gran cantidad de ellos. ¿Cómo ha sido el camino para llegar hasta aquí y cómo te sientes con este apodo?

Cómo llegué a fotografiar artistas ha sido una mezcla de casualidad, improvisación y ganas de aventura. Y también una etapa, porque luego he hecho muchas otras cosas. De pronto, me encontré trabajando para una revista de rock y luego las discográficas empezaron a llamar para encargar portadas de discos y fotos de promo. Y los propios grupos también.

Luego me interesó el tema de las giras y de los backstages de forma personal y acabé haciendo colaboraciones divertidísimas con grupos como Macho o Mi Capitan y expos como Soldout, donde impreso en papel de pegar carteles había fotos de la mayoría de artistas que retraté en situaciones totalmente locas en sus conciertos, en el backstage. 

Aún sigo fotografiando a músicxs pero ya no tan asiduamente. Aunque sigo en proyectos de larga duración con artistas como Zahara o Flamingo Tours que me siguen apeteciendo mucho. Ahora hay más ilustradoras, escritoras, artistas gráficos y sobre todo actrices y actores.

Tus retratos son únicos y nos gustaría saber cómo afrontas cada sesión. ¿Sigues alguna rutina antes de cada una de ellas?

Gracias por el cumplido, es muy halagador. Normalmente lo que hago es informarme bien sobre la persona a la que voy a fotografiar pero sin una rutina definida. Me intereso por sus gustos, por sus ideas y busco referencias. A veces no tengo mucho tiempo, pero me gusta que cuando llegue al estudio o a la localización tengamos algo para empezar. Aunque luego evolucione y el resultado sea totalmente distinto de lo que se planteaba en un principio.

Nunca hago nada que la persona no quiera, le cuento mi idea y trato de entender cuál es su mundo, qué le apetece. No me gusta crear una expectativa porque si luego no sale me decepciono, en cambio improvisar y que surjan cosas inesperadas me gusta mucho, así que funciono mejor dejándome llevar que preparando mucho una sesión. 

"Improvisar y que surjan cosas inesperadas me gusta mucho, así que funciono mejor dejándome llevar que preparando mucho una sesión."

Si tuvieras que elegir un solo retrato de todos los que has hecho, ¿con cuál te quedarías y por qué?

No puedo, porque siempre pienso que va a llegar uno mejor. Además, cuando acabas una sesión estás satisfecha y a los dos días ya no tanto y así en bucle toda la vida.

Justo ahora, hace casi un año que hubo la polémica por la retirada del cartel de un concierto de Zahara en Toledo, en el cual tu habías hecho la fotografía. ¿Cómo viviste ese momento?

A pesar de que el hecho es muy triste, lo viví con mucho sentido del humor y sobre todo con orgullo. Flipé con los memes. Me hizo especialmente gracia un texto que me envió un amigo que hablaba del tema y de “una fotógrafa catalana”, no ponía ni mi nombre. 

En tu web, dices que desde 2017 estás inmersa en la fotografía de viajes. ¿Cómo se produjo este cambio de rumbo? 

Igual que me metí en el rock porque me gustaba el retrato, me puse a fotografiar todos los lugares por los que viajaba como parte de mi trabajo personal. En total libertad y con un placer inmenso. 

Al principio, cuando empezaba, la idea de viajar por el mundo haciendo fotos me parecía ideal. Con la perspectiva del tiempo, he de decir que muchas veces no tenía el valor de irme sola todo lo lejos que pensaba y otras veces me daba pereza. Pero hace unos años empecé a viajar bastante. Muchas veces en compañía y pocos días. Con esa presión de tener poco tiempo que te hace aprovechar mucho los momentos. Sin tiempo para dudar. Sin ningún tipo de información, ir descubriendo el lugar a medida que lo fotografío. Me relaja mucho no tener expectativas y disfrutar de lo que me ofrece la vista. 

"Hace unos años empecé a viajar bastante. (...) Sin ningún tipo de información, ir descubriendo el lugar a medida que lo fotografío. Me relaja mucho no tener expectativas y disfrutar de lo que me ofrece la vista."

Vemos que combinas analógico y digital, ¿qué te aporta cada uno de estos formatos?

El digital me aporta dinero y muchas veces placer; el analógico siempre placer y me quita dinero.

Estudié y trabajé con analógico y el cambio al digital me costó muchísimo. No me gustaba el resultado, me sentía muy impotente. Con los años he aprendido y el digital ha mejorado mucho.

Dejé de hacer analógico cuando no me salía a cuenta. Los clientes no pagaban el material, era una ruina y los tempos no les gustaban, esperar el revelado y escaseado era mucho tiempo para la mayoría de ellos. Ahora me suelo dar el gustazo de hacer fotos en analógico pero la mayoría de veces son para mí.

Si solo pudieras elegir una cámara y un carrete, ¿cuáles elegirías?

Con el tema de los carretes soy poco purista, compro los más económicos. Y si solo pudiera quedarme con una cámara, me quedaría con la Ricoh Gr1s , estoy enamorada, la llevo en el bolsillo de la chaqueta. La calidad y rapidez que da es impresionante.

Un fotógrafo o fotógrafa que te haya marcado.

Hay varios y con los años cada vez más. Garry Winogrand me fascina, sobre todo sus imágenes en color. Y creo que la fotógrafa que me ha marcado más, sin ser especialmente favorita, ha sido Annie Leibovitz.

Si tuvieras que recomendarnos un fotolibro, ¿cuál sería?

Sin duda, The Anonymous Project / The House.  De la editorial Textuel.


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