La maravilla de lo raro en Bego Antón

"Lo raro para mí es una maravilla, porque precisamente es esa rareza la que nos hace especiales."

Hola Bego, ¡bienvenida a Harpo! Cuéntanos un poco sobre ti: ¿quién eres y a qué te dedicas?

Me llamo Bego y soy fotógrafa. 

Estudiaste Periodismo, ¿en qué momento decidiste centrarte en la fotografía y cómo fue el camino hasta convertirla en tu profesión?

Estudié periodismo porque no sabía que se podía estudiar fotografía. Cuando terminé la carrera lo que sabía seguro es que no quería ser periodista y empecé con la fotografía de forma inconsciente. Pero salió bien, porque me gustó y llegó el momento en el que quise dedicarme a ello.

Ha sido un camino muy largo, combinándolo con muchos otros trabajos que nada tienen que ver con lo fotográfico. Di clases de inglés a niños durante muchos años, por ejemplo, y al final estaba desesperada y decidí darme un par de años para conseguir dedicarme exclusivamente a la fotografía. Me puse de plazo los 30 años. Y salió bien, ahora combino la enseñanza fotográfica con mis proyectos personales y encargos.  

En tus proyectos, aparecen desde personas que bailan con sus mascotas a elfos y brujas. ¿Qué es lo que te inspira a la hora de centrarte en estos temas tan inusuales?

Tengo dos focos de interés. Por un lado me llaman mucho los temas en los que cohabitan los humanos, los animales y la naturaleza. Por el otro, me interesan las comunidades minoritarias que resultan raras para el resto de la sociedad.

Lo raro para mí es una maravilla, porque precisamente es esa rareza la que nos hace especiales. De ahí mi interés sobre las mujeres que bailan con sus perros, las personas que ven elfos y otros seres en Islandia, el perro más feo del mundo a las mujeres que fueros falsamente acusadas de brujas. Todos estos temas están en algún modo relacionados. 

Con tus fotos, consigues transportar al espectador a un mundo de fantasía. ¿Le sueles dedicar mucho tiempo a la preparación de cada imagen? ¿O por lo contrario aparecen de forma espontánea?

Hay un poco de ambas. Siempre me gusta pensar antes de comenzar el proyecto de manera fotográfica y dibujo posibles imágenes que luego pueden salir o no. Cuando llegas al lugar donde tienes que hacer las fotos a veces las cosas salen como pensaste y otras veces hay sorpresas, así que me adapto.

Por ejemplo, en Haiek Danak Sorginak sí que tengo que pensar la imagen en detalle antes de disparar porque es una recreación histórica, pero en el resto de proyectos tengo más libertad. 

"Siempre me gusta pensar antes de comenzar el proyecto de manera fotográfica y dibujo posibles imágenes que luego pueden salir o no."

En el libro Tiempo detenido (La Fábrica, 2020) hemos visto algunas fotos tuyas más íntimas. ¿Cómo te sentiste a la hora de tener que llevar esta fantasía al interior de tu casa?

Durante el confinamiento empecé a hacer fotos a mi hijo, que entonces tenía casi dos años. Fue muy natural, al estar tanto tiempo en casa saqué la cámara y empecé a hacer fotos de nuestra cotidianidad, cuando no suelo hacerlo. Era divertido y además también documentaba una parte muy extraña de nuestras vidas en ese momento.

Obviamente, hago fotos familiares con una pequeña cámara de 35mm, pero se quedan en la intimidad, nunca se me había ocurrido compartirlas. Pero entonces me llamó Eduardo Nave y me propuso participar en Tiempo Detenido. Y le dije que sí porque me parece muy interesante, y un honor también, contar lo que fue el confinamiento en el marco del hogar.

Creo que esta compilación de imágenes va a ser muy valiosa cuando dentro de unos años volvamos la vista atrás. Los fotógrafos hemos contado esta pandemia de una forma muy diversa, eso lo muestra muy bien el libro y te da una visión ampliada de lo que han sido esos días de encierro y desorientación. 

Cuéntanos un poco sobre 'Haiek danak sorginak', el proyecto que tienes en marcha actualmente. Llevas algunos años trabajando en él, ¿queda poco para que vea la luz?

Quiero acabar el proyecto este año porque voy a exponerlo en ArteGunea Kutxa en octubre. Empecé en el 2016 y creo que ya he profundizado lo suficiente y que es hora de compartir la historia.

También me gustaría hacer un libro porque creo que es la mejor manera de leer el proyecto. Haiek Danak Sorginak es una recreación visual de la caza de brujas en el País Vasco y me baso en las confesiones que las mujeres acusadas hacían bajo torturas para crear cada una de las imágenes. 

"Durante el confinamiento empecé a hacer fotos a mi hijo (...). Fue muy natural, al estar tanto tiempo en casa saqué la cámara y empecé a hacer fotos de nuestra cotidianidad, cuando no suelo hacerlo."

Sabemos que disparas solo en formato analógico pero que te estás planteando empezar a hacerlo en digital. ¿Crees que esto puede cambiar tu manera de fotografiar?

La va a cambiar, no me cabe duda. Pero el analógico me resulta insostenible ahora mismo, sobre todo en los proyectos personales en los que no encuentro financiación para cubrirlo.

He mirado durante 2 años diferentes cámaras digitales de medio formato que me permitan manejarme cómo lo hago con mi cámara analógica, y me acabo de hacer con un Hasselblad 907x. Empiezo nuevo proyecto en breve y combinaré ambas herramientas hasta que me acostumbre al digital. 

Si solo pudieras elegir una cámara, un objetivo y un carrete, ¿con cuáles te quedarías?

Pentax 67 II, óptica Pentax 2.8 90mm y Kodak Ektachrome 120mm 400 ISO. Sin duda ninguna. 

Un fotógrafo o fotógrafa que te haya marcado.

Me cuesta responder a esta pregunta, porque los referentes mutan y muchos marcan. No voy a ser muy original, Diane Arbus, que le debo mucho. 

Si tuvieras que recomendarnos un foto libro, ¿cuál sería?

Mi última adquisición ha sido Santa Barbara, de Diana Markosian. Me parece una maravilla, la historia, el tratamiento, y como una experiencia personal ha hecho que Diana Markosian se adapte tanto a la historia en su manera de contar 


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