El lenguaje visual híbrido de Leafhopper

"Centramos nuestra actividad artística en la búsqueda y creación de un lenguaje visual híbrido de interés artístico y sociológico. A través de imágenes poéticas, generamos reflexiones filosóficas donde ficción y documentación se entremezclan."

Hola Leafhopper, ¡bienvenidxs a Harpo! Contadnos un poco sobre vosotrxs: ¿quiénes sois y a qué os dedicáis?

Hola, yo me llamo Blanca Galindo y me considero fotógrafa, artista visual y videógrafa. He estudiado CA en Barcelona y en California y ahora estoy estudiando poco a poco biología.

Hola, soy David Simon, fotógrafo y artista visual. Estudié filosofía y fotografía en Barcelona. Desde niño había soñado con viajar por el mundo. Entusiasta de la naturaleza y la antropología, trabajo en proyectos fotográficos y audiovisuales a largo plazo y encargos comerciales.

En 2012, co-creamos Leafhopper, un dúo creativo que desarrolla trabajos artísticos con base fotográfica. Desde un acercamiento documental, centramos nuestra actividad artística en la búsqueda y creación de un lenguaje visual híbrido de interés artístico y sociológico. A través de imágenes poéticas, generamos reflexiones filosóficas donde ficción y documentación se entremezclan. Nuestra propuesta visual es ecléctica, anárquica y directa, jugando con la propia semiótica de la fotografía como herramienta, desdibujando los límites de la comprensión. Enmarcamos nuestro trabajo en lo que llamamos punk – naif.

En la bio de vuestra web decís que estáis entre Barcelona y Kuala Lumpur (Malasia) y, viendo vuestros proyectos, parece que estáis constantemente viajando. ¿Son estos viajes una excusa para realizar proyectos o es al revés?

La verdad es que cuando nos conocimos y empezamos a trabajar juntos fue en un viaje. Estábamos en un momento vital muy parecido: los dos acabábamos de dejar trabajos fijos para dedicarnos plenamente a ser fotógrafos. Vivíamos en ciudades diferentes, o mejor, no teníamos un hogar.

Nuestro hogar empezó en Kuantan, en Malasia donde nació Leafhopper fruto de una residencia artística. Fue la primera vez que vivimos juntos y todo iba rodado. Pasamos tres meses y ahí no viajamos mucho más allá que a Kuala Lumpur a veces y algunos viajes a Singapur y algún otro sitio del estado de Pahang, donde vivíamos. Creo que es el momento en el que menos nos hemos desplazado.

Somos de sitios diferentes, por eso tenemos contactos tanto en Murcia como en Barcelona, muchos trabajos en Madrid, familia en Andalucía y un montón de amigos que hemos ido arrastrando desde que empezamos.

El movimiento siempre ha estado integrado en nosotros y no nos ha importado, al revés forma parte de nuestra vida.

Habéis publicado vuestros trabajos en muchas revistas. ¿Podríais explicar para alguien que quiera hacer lo mismo cuáles podrían ser los primeros pasos?

Creemos que lo primero es tener claro que te apetece mucho o te motiva lo que haces porque desgraciadamente el mundo editorial está cada vez peor. Nosotros, sobre todo al principio, teníamos una pasión incontenida y muchas ganas de publicar. También tuvimos algunos puntazos de buena suerte: nos escribieron del New Yorker, Liberation. VICE Spain nos contactó porque había visto el proyecto de Krokodil en Lamono Magazine.

Yo (Blanca) me había empeñado mucho en publicar en Lamono, cuando venía a Barcelona de adolescente, recuerdo que la cogía siempre (cuando era tamaño A5) y me la llevaba a Murcia y me empapaba de tendencias y novedades ahí. Poco a poco, fui proponiendo entrevistas a músicos, artistas… pero no pensaba nada en el dinero claro.

Luego te empeñas en colaborar con un medio concreto y pasa de tu cara, y de repente te escriben de otro que te apetece un montón sin contactarlo. Lo primordial es creer en lo que haces, tener un buen trabajo y moverlo en las publicaciones que te interesen. En nuestro caso, además tenemos un alma muy divulgadora, entonces es una especie de fetiche el colaborar con medios: desde semanas de la moda, a reportajes de viajes, o curiosidades.

"El movimiento siempre ha estado integrado en nosotros y no nos ha importado, al revés forma parte de nuestra vida."

Somos muy fans de vuestro libro “It’s a Wonderful Life”, sobre todo por la forma en la que tratáis un tema tan tabú como son las adicciones. ¿Nos podríais explicar como nació la idea y cómo evolucionó hasta llegar a lo que es actualmente?

Gracias. La verdad es que es todo un entramado cómo llegamos a trabajar en esto. Veníamos de trabajar conjuntamente en el Krokodil, un proyecto que le becaron a David sobre un substituto de la heroína de fabricación casera en Rusia. Realizando este proyecto, nos encontramos con una historia de amor entre Sergey y Katia, una pareja que se había conocido en la cárcel en San Petersburgo, su vida no fue nada fácil: a Sergey le habían cortado un dedo y sufrió abusos en la cárcel y Katia había entrado por acumulación de robos y los dos se engancharon a la heroína.

Estuvimos unos días con ellos y nos quedamos con su historia de amor y cómo nos acogieron. A partir de esa historia, se dieron varias circunstancias de personas cercanas a las que queremos mucho, que ya sea por enfermedad mental o consumo (o las dos a la vez), estaban en una encrucijada. Queríamos entender y comprender qué era una adicción… Estuvimos muchísimo tiempo hasta sacar el primer retrato aún siendo de un colega, con el que vivíamos. Ha sido un proceso muy largo hasta llegar a terminar el proyecto It's a Wonderful Life.

Desde el principio teníamos una idea formal muy clara: queríamos hacer un trabajo muy limpio y huir de lo oscuro, la aguja, la marginalidad y todo ese imaginario en torno a la adicción. Empezamos con una lista de adicciones que queríamos sacar, hicimos entrevistas, todo desde un acercamiento muy documental, hasta que llegó un punto que no tenía mucho sentido para nosotros ya que las adicciones son globales y no nominales. Así que empezamos a trabajar desde un acercamiento más poético, trabajando y definiendo conceptos hasta llegar a un complejo lenguaje con base científica, filosófica y muy visual para mostrar este ensayo sobre las adicciones.

Este verano vuestro proyecto “Devenir Génesis” ha estado expuesto en el Museo Hidráulico Molinos del río Seguro en Murcia. ¿Nos podéis contar un poco más sobre este proyecto? ¿Tenéis intención de moverlo a otras ciudades?

Todo nació durante el confinamiento, donde empezamos a plantearnos el imaginario que teníamos sobre Murcia. David es de abuelos murcianos y Blanca vivió allí toda su infancia, así que empezamos a indagar en el Archivo Regional y vimos autenticas maravillas de personas anónimas y grandes trabajos de fotógrafos reconocidos como Catalá Roca en Murcia. Aplicamos y salimos ganadores de una beca para re-actualizar ese imaginario colectivo de Murcia y allí nació Devenir Génesis.

Ha sido muy divertido. En primer lugar, porque hemos descubierto muchos lugares de Murcia y ha sido un viaje en toda regla a pesar de no poder viajar a otros lugares lejanos: ha sido un viaje a lo cercano, a casa y eso es precioso.

Ahora se va a exponer en el Palacio de San Esteban (Murcia), en una exposición colectiva sobre territorio y se va a poder ver en la filmoteca de Murcia. También se puede consultar en la plataforma online Oculto.tv. Sería muy guay poder moverlo, además es muy sencillo porque la base es un audiovisual.

"Nos gusta mucho dialogar en cada reto que tenemos para ir avanzando de forma conjunta. Y, a veces, lo que pasa es que muere un poquito de nosotros cada vez que terminamos un proyecto."

Nos llama mucho la atención el punto de vista tan único en todos vuestros trabajos. ¿Nos podríais explicar como os estructuráis a la hora de trabajar y qué papel tiene cada unx de vosotrxs?

La verdad es que nos cuesta mucho estructurar, ya que somos muy anárquicos. Blanca es muy caótica, piensa muchas cosas a la vez y a veces le cuesta mucho avanzar. David es muy resolutivo y tiene muy buenas ideas y sobre todo nunca se rinde… la verdad es que somos un gran equipo.

Nos gusta mucho dialogar en cada reto que tenemos para ir avanzando de forma conjunta. Y, a veces, lo que pasa es que muere un poquito de nosotros cada vez que terminamos un proyecto.

Vemos que trabajas también en analógico, ¿que creéis que os aporta este formato a la hora de fotografiar?

En realidad, si nos gustaran tanto los resultados, con la digital todo sería mucho más fácil y barato. Además, a veces es una tortura el hecho de llevar según qué cámaras (tenías que habernos visto en Kuantan cómo íbamos). Cada vez reducimos más, y disparamos menos.

Pero el analógico nos da una pausa, una metodología de trabajo que nos funciona y una diversidad de cámaras y formatos que nos ayudan a tejer un lenguaje más complejo que si lo hiciéramos en digital.

Si solo pudieras elegir una cámara y un carrete, ¿cuáles serían?

Blanca: Mamiya 645 // Kodak Portra 400.

David: Contax T3 // Fujifilm Fujicolor 200.

Un fotógrafo o fotógrafa que os haya marcado.

Vanessa Winship y George Georgiou, sin duda. Cuando nos anunciaron que habíamos sido becados para realizar un taller con ellos, no dudamos en posponer nuestro viaje a Sri Lanka (Luna de miel) para ir en pleno diciembre a VARSOVIA con ellos.

Vuestro fotolibro favorito.

Es difícil decir uno. Nos flipa XXYX de Gregory Harlpern y nos tiene atrapados el curro de Stefanie Mosnamer, Vegas and She. A nivel conceptual, hay cosas que nos vuelan la mente como el de AURELIA INMORTAL.


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