El eterno verano de Mónica Figueras

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"No fue hasta que mis padres me pidieron que les sacase una fotografía frente a la caseta de vigilantes marítimos en la que se conocieron 15 años atrás, cuando pude entender el valor de los recuerdos y saber que quería dedicarme a crearlos."

Hola Monica, ¡bienvenida a Harpo! Cuéntanos un poco sobre ti: ¿quién eres y a qué te dedicas?

¡Hola Harpo! Soy Mònica, fotógrafa nacida en un pueblo pesquero de la Costa Brava. Actualmente, vivo y trabajo en Barcelona, pero me escapo siempre que puedo en busca de naturaleza y tranquilidad.

Estudié diseño gráfico, y poco a poco, sin darme cuenta, fui dejando de lado el diseño, e incorporé lo que era mi verdadera pasión en mi profesión. Ahora me dedico a vivir y también a la fotografía. 

Como dices, naciste en un pueblo de la Costa Brava, ¿cómo crees que el ser de allí ha influído en tu mirada como fotógrafa?

Pasé mi infancia y juventud en un piso típico de veraneante frente a la playa, de esos que miras en invierno y piensas, ¿quién vivirá allí? Pues yo. 

Pasar los recreos de mi infancia junto al mar, me hizo entender el espacio más allá del disfrute, los colores de todo lo relacionado con lo marítimo, la forma de vida más lenta, las formas y la funcionalidad. Ciertamente, no fue hasta que mis padres me pidieron que les sacase una fotografía frente a la caseta de vigilantes marítimos en la que se conocieron 15 años atrás, cuando pude entender el valor de los recuerdos y saber que quería dedicarme a crearlos.

El verano tiene una presencia clave en tu trabajo: verano como género en sí mismo, tiempo de pausa, de deseo y protagonista indiscutible de todo álbum familiar. ¿Qué es para ti el verano y qué es lo que su imaginario te permite expresar?

El verano es cómo una droga para mí, tanto que puede alterar mi manera de sentir y de comportarme a nivel fotográfico y personal. Me inspira, me da energía, magia, euforia... y luego llega el invierno y la resaca es infernal. Estoy en proceso de desintoxicación e intentando engañar a mi mente convenciéndome de que el frío no existe, a ver si algún día consigo desnudarme en medio de la nieve para sentir el mismo "subidón" que experimento en agosto en la playa. 

"Cuando tengo un encargo siempre doy la opción de hacerlo en analógico, pero el cliente no siempre está dispuesto, dado que es más arriesgado y eleva los costes, pero la vida son riesgos y yo siempre estoy dispuesta a asumirlos."

Esa sensación, recuerdo o deseo que te gustaría ser capaz de plasmar en una fotografía.

A mi abuelo Antonio, cuando volvía a casa al atardecer tras pescar, contándonos sus aventuras del día en la terraza, el olor a mar, los peces avistados. 

Vemos que trabajas tanto en digital como en analógico, ¿qué crees que tiene este formato que nos sigue atrapando incluso en plena era digital?

El analógico tiene una textura y unos colores imposibles de conseguir en digital, me parece tan real que a veces me da la sensación de que puedo tocar la piel de la persona fotografiada. Pero además, va más allá de esto que al final es puramente estético y físico. Para mí es tan romántico, inesperado y mágico que me tiene enganchada, igual que el amor.

Cuando tengo un encargo siempre doy la opción de hacerlo en analógico ,pero el cliente no siempre está dispuesto, dado que es más arriesgado, y eleva los costes, pero la vida son riesgos y yo siempre estoy dispuesta a asumirlos. 

Cuando hablamos de fotografía analógica, ¿qué cámara y carretes sueles usar?

Tengo muchas cámaras diferentes y voy cambiando según el proyecto. Tengo una Mamiya de medio formato que tiene una calidad increíble, pero puedo incluso hacer una sesión con polaroid o cámaras desechables si conceptualmente tiene sentido. Ahora mi preferida es una compacta que puedo meter bajo el agua, que además tiene un diseño muy bonito.

En cuanto a carrete, siempre depende del nivel de pobreza de mi cuenta bancaria. Es decir, raramente utilizo los más caros jeje. 

"Nunca intentes seguir las modas, la pureza de uno mismo es lo que nos hace únicos y auténticos."

¿Qué le aconsejarías a alguien que esté empezando en el sector de la fotografía?

Nunca intentes seguir las modas, la pureza de uno mismo es lo que nos hace únicos y auténticos. Hazte, por ejemplo, una lista de conceptos que por algo te generan interés en la vida. Cosas que te llenan de amor, de placer, cosas que te dan rabia o que te sorprenden, aunque aparentemente sean absurdas, e intenta plasmar esto al mundo fotográfico. 

Un fotógrafo o fotógrafa que te haya marcado.

Martin Parr.

Si tuvieras que recomendarnos un fotolibro, ¿cuál sería?

Uno de Martin Parr. 

Algún proyecto que tengas entre manos y que quieras compartir con nosotras.

Hace unos años empecé un proyecto llamado “This is cul”, cul significa “culo” en catalán. La idea es generar una serie de fotografías de gente corriendo de espaldas en entornos naturales, ya sea en grupo o en solitario.

Es un proyecto experiencial que habla entorno de la naturaleza y la libertad. 


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