"Cada una de mis fotografías es un recordatorio para seguir la pureza; nos recuerdan la belleza de la vulnerabilidad."
En esta época en la que parece que nada permanece y todo tiende a derrumbarse, la fotógrafa Eva Mena trata de captar lo que para ella es la Pureza, y lo consigue retratando a su abuelo: su sencillez, nobleza y una vida llena de costumbres y tradiciones nos remiten a lo más puro y esencial.
Las fotografías han sido realizadas con una cámara Yashica Mat 124G y carretes en blanco y negro de Fomapan 400.




















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